lunes, 3 de septiembre de 2007

Una mujer exquisita!


EL DULCE SABOR DE UNA MUJER EXQUISITA (Gabriel Garcí­a Márquez)
A ustedes mujeres exquisitas, mis amigas del alma, que han hecho de mi existencia algo bello, agradable e interesante. Que hemos marcado la vida de hombres con el pasar de nuestras vidas, y los hemos hecho querer lo mejor, ser mejores hombres cada día y luchar por lo que quieren...aquí les dejo algo, para que se den cuenta chicas, de cuanto valen para el mundo y para hombres que realmente saben lo que es bueno en la vida!

Una mujer exquisita no es aquella que mas hombres tiene a sus
pies, sino aquella que tiene uno solo que la hace realmente
feliz.

Una mujer hermosa no es la mas joven, ni la mas flaca, ni la que
tiene el cutis mas terso o el cabello mas llamativo, es aquella
que con tan solo una sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.

Una mujer valiosa no es aquella que tiene mas ti­tulos, ni mas
cargos academicos, es aquella que sacrifica su sueño por hacer
felices a los demas.

Una mujer exquisita no es la mas ardiente, sino la que vibra al
hacer el amor solamente con el hombre que ama.

Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada por ser
admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de
caracter que puede decir NO.

Y un HOMBRE........UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer asi.

Y le podri­a yo agregar, que una mujer exquisita es aquella que sabe darse
a
respetar y respetarse a si­ misma, que demuestra su igualdad con el hombre,
a
traves de su inteligencia y capacidades, y no usando palabras vulgares e
imitando sus defectos. Una mujer, que mantiene su feminidad, delicadeza y
elegancia. Una mujer que sabe que por hacer labores caseras para la gente
que ama, no se convierte en esclava de nadie, ni se disminuye como ser
humano. Una mujer recatada y discreta con los demas, pero sin inhibiciones
con su pareja. Una mujer con clase, que atrae las miradas por la fuerza de
su presencia y la seguridad de su paso, y no por exhibir su cuerpo.

Y un hombre, que conciente de la superioridad de esa mujer, luche cada di­a
por su amor, cuidandola, protegiendola, entendiendo su individualidad y sus
necesidades emocionales. Un hombre que sepa ganarse su admiración y
respeto; y que sea lo suficientemente inteligente para no dejarla por otra,
que -generalmente- no le llega ni a los talones.

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